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El ideal de mujer de una adolescente de los 90

miércoles, 8 de marzo de 2017


¿Te acuerdas de cuál era tu ideal de mujer? Seguramente no y muy probablemente si tuvieras una redacción sobre lo que pensabas te sorprenderías, o no. Leyendo lo que, con mis 14 años, escribí sobre mi ideal de mujer, se explica la situación en la que estamos las mujeres del siglo XXI. Sigue leyendo »

La primera vez en el instituto

lunes, 29 de septiembre de 2014

Cuando empecé lo que vendría a ser el cambio al instituto, pero con algo más de edad que ahora, Primero de B.U.P. (Bachillerato Unificado Polivalente), con 13 años de edad, sí yo soy de esas que cumplen los años a finales, tuve una profesora de Lengua y Literatura que periódicamente nos mandaba hacer redacciones temáticas, lo que más adelante, en C.O.U. (Curso de Orientación Universitaria) y en el examen de selectividad podría haber sido un comentario de texto.

El caso es que nos las mandaba hacer a todos los alumnos y luego sólo elegía unas cuantas para leer. En total nos mandó ocho redacciones en todo el curso y nunca seleccionó una de las mías. Una pena que se perdieran mis escritos, serían el germen de obtener una puntuación de 9 en el comentario de texto de selectividad, estudiar periodismo, trabajar como redactora y en la actualidad escribir este blog.

Encontré los manuscritos,  en la casa del pueblo y dado que en su momento no fueron leídos por nadie, me ha apetecido compartirlos aquí, para mostrar los que eran los pensamientos de una adolescente, en concreto yo misma, que puede que fueran ideas correctas o no, incluso de algunas de muchas cosas he cambiado de opinión, pero está bien recordar como éramos, qué pensábamos en esa edad y cómo eran nuestras primeras veces.

Aula con pupitres
La primera vez en el instituto
Me quedan apenas tres cursos para que Carmen tenga su primera vez en el instituto, si bien, debido a los planes de estudio actuales, lo hará antes que yo, lo hará con teléfono móvil y con muchas otras diferencias, estoy segura de que las emociones que ella sentirá y las que yo tuve puedan ser muy parecidas, porque las emociones no cambian, son las mismas generación tras generación. Los sentimientos se repiten, sólo que a veces se nos olvida lo que sentíamos cuando teníamos esa edad. Muchas cosas nuevas en muy pocos días y el temor a la vez que la ilusión de la novedad. Será otra nueva primera vez de mis hijos. Aquí os dejo con la que fue la mía:

MI NUEVO COLEGIO

Recuerdo mi primer día de colegio: un dulce caramelo y a la vez un ácido limón. Íbamos todas las amigas contentas y comentando cómo sería. Pero a la vez que íbamos contentas, también temerosas e inseguras, pues no sabíamos lo que nos esperaba.

Unas íbamos con miedo -"¿sería tan duro como algunas veteranas comentaban?"-; Otras, muy seguras de sí mismas iban a comprobar sus fuerzas, no tenían miedo, pensaban - "no será tan duro"-, aunque a la hora de la verdad estaban tan asustadas o más que nosotras.

Allí se comentaba quién venía del colegio, quién repetía o quién se marchaba a otro.
Algunas, cuándo nos veíamos unas a otras, nos dábamos cuenta de que aquella niña que estaba dentro de nosotras y que tanto nos gustaba y que quizás hubiéramos querido no dejarla escapar, nos había abandonado. Ya se había formado una mujer en todas nosotras, aunque había que pulirla, para eso precisamente veníamos al colegio, ya éramos unas adolescentes.

Otras, sin embargo, habían ansiado desde hacía mucho tiempo que esa niña las abandonara intentando librarse de algunas ligaduras que sus padres les imponían y dando a entender que ya tenían edad para tomar sus propias decisiones.

Algunas intentaban aparentar más madurez recubriendo sus rostros con potajes grasosos y quizá buscando algún compañero, ya estaban en Primero de B.U.P y ya tenían edad de coquetear con los chicos. Otras lo conseguían con los vicios del tabaco principalmente y otros que quizás no fuera de buen gusto nombrar, - qué ridiculeces hacemos a veces-.

A mi parecer ninguna de estas cosas sirve para demostrar la madurez, pues es una cosa que no se puede exteriorizar ni demostrar, es una responsabilidad que se siente dentro muy fuerte. La madurez no se demuestra cuando tus padres te dejan llegar tarde o ir a algunos sitios que anteriormente no te hubieran permitido. No, la madurez se demuestra cuando eres capaz de dialogar con tus padres y compartir con ellos tus decisiones dándoles tu opinión, así es cómo no te equivocas.

Una vez reconocidas todas las compañeras nos dirigimos al salón de actos, ya que no conocíamos el nuevo, extraño y ajeno colegio para todas nosotras y por supuesto, claro está, tampoco sus aulas, ni a las que correspondíamos. Por lo tanto, nos metieron a todas allí. En la estancia había cuatro personas adultas demostrando su autoridad, intentando calmar nuestras ansias de conocer, de saber, de querer ser mayores.

Cuándo consiguieron hacernos callar, nos dieron una calurosa y cordial bienvenida; leyeron las listas con las alumnas que correspondían a cada tutor y hubo algunas desilusiones porque se separaban a las amigas, pero a pesar de ello no perdíamos el ánimo.

Nos dirigimos a nuestras aulas acompañadas de los distintos tutores que nos indicaban el camino. La primera hora la pasamos con nuestro tutor que nos explicaba algunas cosas ajenas a nosotros. A partir de entonces, los tres primeros días comenzaron a desfilar por nuestra clase todos los profesores que nos iban imponiendo sus normas para la relación alumnos-profesor y viceversa.

Algunos profesores el primer día pretendían intimidarnos y asustarnos aunque como bien dice el refrán "Perro ladrador poco mordedor", quizá intentaban gruñirnos para amansarnos, pero yo sé que por dentro son un pedazo de pan aunque no les gusta admitirlo
Comenzado el curso y con bastante recorrido de tiempo ya, aún hay algunas cosas que no conocemos ni logramos entender pero dejemos hacer al tiempo que él nos lo explicará y nos lo dará a conocer.

- FIN -

Nota aclaratoria: Ahora, más de veinte años después, pienso que los profesores tan sólo pretendían sentar las bases de su trabajo para hacerlo más fácil y llevadero durante todo el curso y veo por mis palabras la total confianza, quizás excesiva, que, al menos yo, tenía depositada en ellos. Supongo que es algo bueno de la juventud y que no se debe perder en ningún caso, el hacer las cosas con confianza, pues si no, más vale no hacerlas. Aunque ahora sí que añadiría alguna dosis de precaución, ojo precaución, que no escepticismo.

Más adelante compartiré alguno de esos otros escritos que hice para la clase de Literatura de primero de B.U.P. De momento este pasa a formar parte de la colección de artículos bajo el título "La Primera Vez".

¿Y tú? ¿Cómo fue tu primera vez en el instituto? ¿Tienes algún hijo que ya ha empezado en el instituto? ¿Cómo ha sido su comienzo? ¿Qué te cuenta? ¿Algún consejo para acompañarles en esa nueva etapa?

El Campo Grande de Valladolid visto con los ojos de mi hija

jueves, 10 de enero de 2013

Durante estas vacaciones de Navidad, mis hijos han pasado unos días solos en la casa de sus yayos en Valladolid. Han aprovechado para hacer cosas juntos, entre otras ir a pasear por el Campo Grande, el parque más emblemático y céntrico de la ciudad. El yayo Juan le ha contado a Carmen todo sobre los árboles de este parque y Bruno ha dado de comer a los patos. El último día de nuestras vacaciones dimos un paseíto por allí para despedirnos hasta nuestra próxima visita.

No sin mis hijos en el Campo Grande de Valladolid
No sin mis hijos en el Campo Grande de Valladolid
Además de disfrutar recorriéndolo, Carmen ha escrito un pequeño relato en el que lo describe con todo detalle, tanto que podría estar incluido en la mejor guía turística de la ciudad. Por el momento dejaremos este escrito para el blog y para su diario personal. Lo hemos editado corrigiendo alguna faltilla, pero todo está escrito por ella con su propio vocabulario, no hay ni una palabra mía.
"En Valladolid hay un jardín grandísimo que se llama Campo Grande. Cuando se pasa por allí, se respira un aire muy limpio porque los árboles lo purifican. Este parque tiene un estanque que en el verano un barquero pasea a los niños que suben a su barca. Hay muchos peces nadando y patos chapoteando. Cuando la barca va a pasar por donde están los patos, estos se apartan con mucho alboroto.
Dando de comer pan a los patos del Campo Grande de Valladolid
Dando de comer pan a los patos del Campo Grande de Valladolid
Todo el Campo Grande está lleno de árboles como plataneros, pinos, castaños, aligustres y muchos matorrales. También hay zonas ajardinadas que están muy bien cuidadas por los jardineros que trabajan allí. En primavera, los jardines se llenan de flores de colores como margaritas o rosas y muchas más. En verano se pasea muy a gusto por los senderos y plazoletas del parque ya que los árboles dan mucha sombra y frescura. 
Además, es un sitio especial para reunión de aves. Allí se pueden ver periquitos, gorriones, cotorras, palomas y gallinas que están en un recinto todo acristalado y cerrado. Los señores que los cuidan prefieren tenerlos así para que no se escapen y poder coger sus huevos. También es muy divertido ver la cantidad de pavos reales que hay. En verano es una preciosidad cuando los machos abren sus colas en abanico, las hembras no tienen cola larga.
Dando de comer pan a los pavos del Campo Grande de Valladolid
Dando de comer pan a los pavos del Campo Grande de Valladolid
Lo que más les gusta a los niños que visitan el Campo Grande son las ardillas que saltan por los árboles y bajan a comer en las manos de los niños que les llevan nueces, que es la comida que más les gusta."
Para nosotros este parque tiene algo de entrañable, pues nos casamos en una iglesia que está allí al lado y algunos momentos del día de nuestra boda fueron paseando por el Campo Grande y haciéndonos fotos.

El día de nuestra boda con el Campo Grande al fondo
El día de nuestra boda con el Campo Grande al fondo y rodeados de la gente que nos quiere
Espero que os haya gustado y que os anime a dar un paseo si vaís de visita.