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Un juego para cultivar en casa lo que vas a cocinar

miércoles, 27 de enero de 2016

Es un hecho que a los niños les gusta el contacto con la naturaleza y no digamos ya cocinar. No hace falta más que ver el gran éxito de los programas televisivos de cocina, que triunfan con pequeños y mayores. Seguro que os gustaría tener un huerto urbano. Pero... piensas que no tienes sitio en casa para más cachivaches, además no has cultivado nunca nada y encima no sabrías ni por dónde empezar porque no tienes ni idea.

Juego de cultivo Seed Box Kids

Un juego para ser hortelano y cocinero

Por minúscula que sea tu casa y profano que seas en la materia del cultivo, Brotes, el personaje de los huertos urbanos SeedBox para los más pequeños, te lo pone facilísimo. Tendrás todo lo que necesitas para cultivar en un rinconcito de tu propia casa y con todo explicado paso a paso, hasta la recetas que puedes cocinar con tu cosecha.

Esta Seed Box para niños es un juego para iniciarse en el propio cultivo y cocinar lo que recolectes después. Les va a encantar a los niños y a ti también. Ya te dije que el que tus hijos se impliquen en cultivar su propia comida, entre otras cosas, les animará a comer fresco y sano. Según el propio lema de este pack, el proceso exactamente es: “¡monta, planta y juega!”

Contenido de la SeedBox Kids

Cómo es y qué incluye la Seed Box Kids

En casa, cuando abrimos nuestro pack encontramos:
  • 1 mesa de cultivo plegada que teníamos que montar, pero es facilísimo y se hace en un pispás.
  • 1 bloque de fibra de coco.
  • 1 paquete de humus de lombriz.
  • 2 variedades de semillas.
  • Pegatinas para personalizar nuestra SeedBox. Lo de pegar pegatinas, es una cosa que a los niños les encanta.
  • 1 manual de instrucciones. Mira que yo odio las hojas de instrucciones, me dan una pereza brutal, pero estas están preparadas como un cuento y además ilustrado con dibujos. Es muy bonito y divertido y además totalmente didáctico.
Libro planta, juega y cocina con Brotes

Aprende valores cultivando y jugando

Este juego está indicado para niños a partir de los cinco años de edad. A mí me encanta porque nos permite a todos conocer, apreciar y aprender los procesos biológicos y el ciclo de la vida. Además, inspira la adquisición de un compromiso ecológico al tener contacto con el mundo natural y promueve una alimentación sana.

Por supuesto sin dejar de lado el adquirir responsabilidades como es el cuidado de nuestro minihuerto, así como el refuerzo de la autoestima al sentirse capaces. Vamos, que es de lo más completito.

Me parece un regalo perfecto para cualquier niño, pues les estás regalando mucho más que un jueguete. Aparte de los valores que he mencionado, les estás regalando experiencias sensoriales únicas, tanto las que tienen con el montaje y cultivo como las que experimentaran al cocinar, comer y saborear algo plantado por ellos mismos.

Montando a Brotes

Mis hijos fueron siguiendo fácilmente las instrucciones paso a paso. El juego empieza ya con el montaje de Brotes. Eligieron las pegatinas para customizarlo y montar su propio Brotes particular.

Montando a Brotes

Con la parte técnica de la infraestructura lista, tocaba empezar con las labores para el cultivo y para eso lo primero era preparar el sustrato. Se trata además de algo muy sensorial, de tocar y experimentar con las propias manos. En definitiva, es lo que en casa llamamos "guarrear", y eso es algo que nos encanta a todos, reconócelo.

Hidratar la fibra de coco

Pero no te asustes que no vas a montar un espolio en casa. Te aseguro que es "un guarreo" totalmente controlado, así estamos todos contentos.

Hidratando la fibra de coco

Hay que hidratar la fibra de coco, basta con echarle tres vasos de agua. Después, añadimos el humus de lombriz.

Echando el sustrato con la fibra de coco

Se remueve hasta conseguir una mezcla homogénea que será nuestro sustrato. ¡Mira a mis dos peques metidos en faena! Nada como experimentar estas sensaciones en primera persona y además de la mejor manera, a través del juego.

Mezclando la fibra de coco y el sustrato

Y con toda la base lista, lo siguiente fue ponerlo en la caja de cultivo y plantar las semillas que son de tomate cherry y rúcula. Hay que elegir cuál plantar según la época del año, pero todo viene muy bien explicado en el libro de instrucciones. Si plantamos rúcula, podremos ir cosechando en tres o cuatro semanas y si plantamos tomates en algo menos de tres meses los podremos recolectar.

Nuestro amigo Brotes

Hay que asegurarse de tener un espacio en el que las semillas tengan luz solar suficiente para su desarrollo, y donde no puedan sufrir accidentes. Por ejemplo, si tienes alguna mascota (no es nuestro caso) a la que le gusta escarbar y mordisquear, deberás mantener a Brotes alejado de su alcance.

¿A que ha sido fácil? Pues el cuidado te aseguro que tampoco es nada complicado.

Cuida a Brotes hasta cosechar

El cuidado requiere regar con abundante agua, sobre todo al principio luego ya menos, pero vigilar que el sustrato esté siempre húmedo. Después quedarnos con una sola planta e ir podando en el caso de los tomates y cortar las flores en el caso de la rúcula, para que las plantas no se espiguen.

Cuando cosechemos, podremos hacer unas riquísimas ensaladas o bien los niños se podrán llevar los tomatitos de tentenpié saludable para el recreo del colegio. Y desde luego probar a cocinar las ricas recetas que nos detalla el manual de instrucciones, como por ejemplo el ketchup casero de tomates cherry o los macarrones con rúcula.

Así fue nuestro montaje en fotos, pero a continuación también puedes ver cómo es el paso a paso en vídeo.

Dónde puedes comprar tu Seed Box Kids

Y si algo me gusta es que se pueda comprar fácilmente y sin complicarte la vida ni recorrerte media ciudad para encontrarlo. Lo tienes disponible en Amazon y además no me parece nada caro, su precio está alrededor de los 20€.

Y no sólo eso, también encuentras otros kits de Seed Box que no están específicamente pensados para los más pequeños, pero oye, en casa os podéis iniciar con los tomates y la rúcula y luego seguir con las plantas aromáticas, los rábanos, las espinacas, etc. Ya sabes, #Plantaycome, #Yomeloplanto.

Nota: Los enlaces a este producto son links de afiliado. Eso significa que si decides comprarlo yo me llevaré una comisión sin ningún coste adicional para ti. Pero si lo recomiendo es porque creo que realmente es un buen producto.

¿Qué te parece este mini huerto? ¿alguna vez habéis cultivado algo vosotros mismos?

Escucha y aprende

domingo, 16 de noviembre de 2014

La doble lectura de la frase "Escucha y aprende". Durante años de mi vida, diría que incluso hoy en día, he oído la frase "escucha y aprende" para instarme a callar y acatar todo lo que me tenían que decir "mis mayores". Sin embargo, afortunadamente, hace tiempo que empecé a encontrarle otro sentido muchísimo más constructivo.

"Escucha y aprende" es una frase que representa la actitud de escucha con nuestros hijos. Tendemos a avasallarles con nuestros criterios de lo correcto y lo incorrecto, sin pararnos a ver qué opinan, qué les preocupa, qué les interesa, etc. Si aplicáramos ese ejercicio de escucha a la inversa, aprenderíamos la mejor manera de ayudar a nuestros hijos, nos situaríamos en sintonía con ellos.

Ilustración de pizarra con el abc y rótulo que pone "Escucha y Aprende"
El modelo educativo en el que sólo el profesor habla y los alumnos escuchan

No es fácil, ponerse en esa situación de escucha, implica inhibirnos a nosotros mismos, mientras que resulta más fácil imponer la inhibición del otro, en este caso de los hijos, que indefensos acatarán nuestras normas. Hace tiempo hablé de cómo conversar sin interrupciones. En ese artículo mencionaba que es importante enseñar a nuestros hijos a esperar y respetar el turno, pero la mayor parte de las veces se nos olvida que debemos hacer lo mismo con ellos: respetarlos, no interrumpirlos y escucharlos.

En el colegio se premia al alumno silencioso
Esta actitud de mandar al otro escuchar y aprender  la venimos interiorizando desde la infancia, especialmente en el colegio. Las clásicas aulas con los pupitres en línea dirigidos a escuchar al profesor que parece "predicar" desde su "púlpito" se siguen manteniendo. En lugar de clases que fomenten la conversación, el diálogo, el trabajo en equipo, la experimentación y el aprendizaje a través de las propias conclusiones.

Aula de pupitres en fila orientados hacia el profesor
Clásica aula dispuesta para que los alumnos escuchen al profesor y no hablen entre ellos

La participación y el propio pensamiento está penalizado. Si un alumno comparte una reflexión personal que es errónea o que no va en sintonía con las creencias del profesor, este le corregirá y le dirá que no está bien. Con eso lo único que se consigue es que el alumno no quiera volver a participar ni equivocarse en lugar de que aprenda del error si es que ha incurrido en él. Una buena alternativa sería preguntar al alumno el porqué de sus razonamientos, así se aprenderá del alumno si ha acertado o bien el propio alumno podrá reflexionar por qué su planteamiento es erróneo en el caso de que lo sea.

Con este tipo de educación no se enseña a los niños a que piensen, sino a que tomen lo que les dicen por bueno. Se atrofia la capacidad de pensar por sí mismos. El modelo en el que los alumnos no pueden hablar entre ellos y sólo habla el profesor ya no es operativo. Además está demostrado que la educación basada en la memoria no funciona, el 90% de lo que se aprende con ese método se olvida.

Enseñar a pensar más y mejor
Todo esto no lo digo yo, lo dice el Profesor Robert Swartz, Doctor en Filosofía por la Universidad de Harvard y director  del National Center for Teaching Thinking de Boston, que visitó Madrid recientemente y ofreció una conferencia con el título “Pensamiento crítico y creativo desde la escuela”, para pedagogos y educadores en el Colegio Brains de Madrid.

Robert Swartz, al finalizar su conferencia en el Colegio Brains de Madrid
Robert Swartz, al finalizar su conferencia en el Colegio Brains de Madrid

Además Swartz explicó que los niños piensan de manera natural como respirar, así que no parece necesario enseñarles a hacerlo. Sin embargo, la sociedad actual, envuelta en estímulos, como la publicidad, específicamente diseñada para hacernos dejar de pensar, lo hace totalmente necesario. También dijo que lo más importante que les podemos enseñar es a diferenciar si la información que encuentran es fiable y precisa o no.

Además, después de su conferencia tuve el placer de hacer una entrevista a Robert Swartz para la Fundación Melior que te recomiendo que leas sí o sí. Le pregunté temas polémicos como los deberes o la imposición que sufren los niños de tener que copiar los enunciados de los ejercicios, para obtener por respuesta lo que yo ya pienso, pero dicho por un referente mundial y pionero en la inclusión del pensamiento crítico y creativo en las aulas. También me dio alguna pauta para desde casa trabajar ese pensamiento crítico y de toma de decisiones.

Y tú ¿También fuiste educado en un modelo educativo que te mandaba callar y escuchar? ¿Cómo te gustaría que aprendiera tu hijo?

La primera vez que tu hijo usa el ordenador

jueves, 18 de septiembre de 2014

Manos de niños sobre el teclado de ordenador
La primera vez que tu hijo usa el ordenador

Para saber cuándo y cómo será la primera vez de nuestros hijos en algo, a veces puede servirnos de referencia nuestra propia primera vez, como por ejemplo cuando empezamos a hablar. Sin embargo, hay muchas primeras veces de nuestros hijos en las que no podremos usar nuestras propias primeras veces como modelo.

Cuándo usamos nosotros las nuevas tecnologías por primera vez
Así ocurre con la primera vez que usamos un ordenador. Nuestro mundo tecnológico no es nada comparable al de nuestros hijos. En nuestra avanzada vida escolar era cuando empezábamos a usar el ordenador más como una máquina de escribir que otra cosa, para pasar los trabajos escolares a limpio y entregarlos impresos. Quizás para jugar a algún juego de ordenador y poco más. En la adolescencia tuve un amago de aprender a usar MS-DOS que ahora recuerdo como horrible.

Ni qué decir tiene que no fue hasta mi época universitaria cuando tuve mi primera cuenta de correo electrónico que desbancó por completo a las cartas manuscritas, y más tarde, ejerciendo ya como profesional, cuando creé mis primeros perfiles en las redes sociales.

Hay que partir de la premisa de que nuestros hijos no cumplirán esos tiempos ni mucho menos, más que nada porque nosotros nos hemos ido adhiriendo a las tecnologías según han ido proliferando, pero cuando nuestros hijos han nacido, todas esas tecnologías ya estaban aquí, por eso son los llamados nativos digitales y como tales hay que ayudarles a que aprendan a vivir en el mundo en el que han nacido.

En ningún caso debemos pretender que nuestros hijos se adapten a nuestro mundo ni que vivan una infancia con la referencia de la nuestra propia, por muy buena que fuera. En su lugar, debemos ser nosotros los que nos adaptemos a su mundo que es el nuevo en el que les tocará vivir y en él están plenamente instaladas las nuevas tecnologías, nos guste o no. Cada momento y cada época tiene sus ventajas y sus inconvenientes, aprovechemos las ventajas de lo que nos toca vivir. Esto es extensible a todos los ámbitos.

Acompañar a nuestros hijos y animarles en el uso de las nuevas tecnologías
En el artículo que escribí para la Fundación Melior bajo el título Nativos digitales sí, huérfanos digitales no, explico, además de pautas para protegerlos en la red, que no podemos delegar en las nuevas tecnologías el cuidado, la educación y el entretenimiento de nuestros hijos. Somos nosotros los responsables de ello, eso sí, usando las nuevas tecnologías como estupendas herramientas con toda la cantidad de oportunidades y utilidades que nos brindan.

En ningún caso un dispositivo tecnológico y la experimentación virtual deben sustituir a la experiencia real, puesto que es algo irremplazable. Sin embargo, tampoco hay que dar la espalda a la multitud de oportunidades que nos brindan las nuevas tecnologías.

La mejor forma de proteger a nuestros hijos en Internet, es que nosotros sepamos movernos y usarlo, que no nos quedemos obsoletos. De esta forma, si nosotros hacemos un uso responsable y sano de las nuevas tecnologías, se lo podremos transmitir a ellos. Pero si por el contrario no sabemos y lo demonizamos, cuando está a la orden del día, perderemos autoridad en este tema. Nuestro hijo no nos buscará como referencia de uso, incluso podrá llegar a ocultarnos sus movimientos en este aspecto porque nosotros "no tenemos ni idea".

Los niños mimetizan todo lo que hacemos sus padres y aunque por un lado me molesta, me hace gracia ver como Bruno se acerca a mi ordenador cuando yo estoy tecleando y empieza a darle a la tecla ;)

Cuándo es el mejor momento para que usen las nuevas tecnologías
Diría casi que desde que son bebés e incluso fetos, pues podemos usar las nuevas tecnologías como fuente de información y de recursos que al final repercuten en el niño. Así ya nos estaremos informando de cuál puede ser el carrito mejor en relación calidad-precio, o bien las ventajas del porteo, cómo paliar los cólicos del lactante, y muchas otras cuestiones. Sin olvidar que gracias a la tecnología digital tendremos millones de fotos de nuestros bebés, y no como yo, que siendo la última tengo cuatro documentos gráficos de mi infancia :( A todos nos gusta ver fotos de pequeños, incluso cuando tenemos tres años nos gusta ver fotos de nosotros de bebés ;)

Cuando ya van creciendo, podemos usar los dispositivos para almacenar todo tipo de contenidos audiovisuales, desde todo el repertorio de Los Cantajuegos hasta un montón de episodios de Peppa Pig por ejemplo. Poco a poco podremos encontrar aplicaciones lúdicas interactivas que están disponibles gratuitamente tanto para iOS como Android y con las que pueden jugar y aprender las formas y colores por ejemplo.

Algún juego de este tipo lo uso de vez en cuando con Bruno (3 años), pero siempre con mi supervisión y compañía, entre otras cosas porque la tablet es mía, ellos no tienen sus propias tablets ni mucho menos, y no quiero que acabe hecha añicos. A él le encanta.

Lo maravilloso de ver cómo se relacionan los niños con los gadgets es que ves que para ellos todo es táctil y no lo conciben de otra manera y es muy divertido cuando tienes algún dispositivo con tecnología más antigua ver como intentan usarlo como los actuales.

Enseñar a los niños a que la tecnología esté a su servicio y no al revés
En casa tenemos dos tablets: una es exclusivamente mía, aunque esporádicamente la comparto con el resto. Hay otra que es de uso familiar, no propiedad de los niños, aunque yo no la suelo usar salvo con ellos, el Padredefamilia sí que la usa. El uso de la tablet lo controlamos nosotros, de la misma manera que controlamos cuándo se enciende la tele.

Me encanta cómo Carmen busca en YouTube tutoriales para hacer pulseras o alguna manualidad o vídeos de bailes modernos. Esto es usar la tecnología para satisfacer sus propios intereses como puede ser la papiroflexia por ejemplo. También ve vídeos de niñas americanas que cuentan en inglés cómo hacen un pastel, con lo cual doble función: además practica el inglés y poco a poco adquiere capacidad crítica sobre los contenidos. Comparte conmigo si un canal de YouTube le parece interesante porque tienen muy buenos tutoriales por ejemplo.

Así Carmen, aunque por supuesto aún no tiene ningún perfil en ninguna red social, está interactuando en las redes sociales. Yo también comparto con ella muchas cosas de las que yo hago en Internet y ella me da su aportación y en ocasiones ideas muy, muy buenas. Las posibilidades de poner la tecnología al servicio de nuestros intereses son inmensas. En casa no somos para nada de la idea de prohibir, en nada ayudará mantener a un niño aislado del mundo tecnológico, sino que lo hará vulnerable ante un mundo en el que no ha aprendido a desenvolverse.

Si de todos modos no te sientes seguro a la hora de proteger a tus hijos en el mundo digital, tenemos la suerte de contar con productos que ofrecen control parental que además se pueden implementar en todos los dispositivos del hogar y con los que se pueden limitar los contenidos que consideremos no adecuados para su edad.

Tener móvil es el rito de paso a la pubertad
En una ocasión oí a alguien comentar que el momento de tener móvil es el rito con el que se da el paso a la pubertad. No pudo estar más acertado en esa expresión, pues el móvil va unido a mayor autonomía y autogestión, son pequeños pasos de ensayos hacia la edad adulta. Suele ocurrir cuando los niños pasan al instituto. Los padres creemos que el que tengan móvil significa que los podremos localizar siempre, pero realmente el que tengan móvil no significa que tengan que estar siempre disponibles para nosotros, aunque nos gustaría. Del mismo modo que nosotros tampoco estamos disponibles indiscriminadamente y a cualquier hora para los demás. En cualquier caso aún no he llegado a esa etapa de la que supongo adquiriré otra perspectiva cuando me toque ;)

Y tus hijos ¿usan las nuevas tecnologías? ¿Te da miedo el que estén desprotegidos en Internet?

Este artículo forma parte de la colección de artículos bajo el título "La Primera Vez".

Situaciones "Consejos vendo y para mí no tengo"

jueves, 17 de julio de 2014

"Consejos vendo y para mí no tengo" o lo contrario de "predicar con el ejemplo". Yo soy muy refranera, aunque aún no había llegado a sacar ningún refrán en el blog, al menos que recuerde de forma consciente.

Un plato de jamón con el rotulo encima: Consejos vendo y para mí no tengo cuando... pico entre horas Las situaciones paradójicas en las que no predicamos con el ejemplo :P

"Consejos vendo y para mí no tengo" se lo pueden aplicar tanto madres y padres como todo adulto encargado de educar a un niño. Y es que ¿quien no le dice a los niños que se laven los dientes y luego pasa de hacer lo propio después de merendar? o que se laven las manos antes de sentarse a la mesa, o que no se dicen palabrotas y sobre todo, que no se pica entre horas... en fin. Yo intento ser honesta, pero aún así no me salvo y es que los instintos me traicionan.

Este tipo de situaciones paradójicas son exactamente las que representa de forma muy divertida el spot de la marca Casa Tarradellas, en el que todos “los mayores” pican entre horas ¡¡¡y a escondidas!!! y es que, al igual que los niños, a veces tampoco podemos resistirnos a nuestros instintos.


En mi caso el refrán "consejos vendo y para mí no tengo" creo que podría ser a la hora de soltar algún que otro "taco", de hecho mi hija Carmen es la que me controla con el tema y parece hasta que tiene un detector, pues los caza aunque la conversación no vaya con ella y es que a veces se me olvida que están delante cuando hablo.

¿Y tú? ¿cuál es tu situación "consejos vendo y para mí no tengo"?

Cómo poder conversar sin interrupciones

lunes, 14 de julio de 2014

Conversaciones sin interrupciones
Cómo mantener conversaciones sin interrupciones
Desde que soy madre cada vez me resulta más difícil mantener el hilo de una conversación hasta el final y sobre todo sin interrupciones, aunque poco a poco lo estoy consiguiendo. Pero no sólo son los vástagos los que afectan a esta realidad:

Quiero hablar con el Padredefamilia de algo y Carmen quiere que vea el último vídeo de Michael Jackson que ha descubierto en YouTube. Lo veo y le digo que muy bien y que vaya a ducharse. Intento retomar la conversación y entonces es Bruno el que se queja porque no puede abrir la puerta, le ayudo. ¿Por dónde iba? Ahh, ya.

Entonces el Padredefamilia me pregunta si quiero cenar ensalada de tomates con queso o con anchoas y que prepare las basuras para bajarlas. Suena una notificación de Twitter, alguien me ha mencionado, "favoriteo", me voy a los baños a recoger las bolsas de las papeleras y vuelvo a ver si antes de bajar puedo llegar a la mitad de mi mensaje.

Pero no, el grupo de pádel de Whatsapp me recuerda que tengo que reservar la pista para mañana no se me vaya a olvidar (benditos ellos que están pendientes, pues justo en el momento que hay que reservarla tengo demasiadas cuestiones entre manos, o entre palabras). Intercambio un par de frases y entonces es Carmen quien me llama para que le acerque el pijama para ponerse cuando salga de la ducha (le he repetido por activa y por pasiva que se lo prepare ella antes, pero la mayor parte de las veces se le olvida).

Llama la buenaabuela para saber qué tal le fue a Carmen su examen y si Bruno se acuerda de ella y la nombra. Paso el teléfono para que abuela y nietos puedan hablar mientras yo voy organizando las ropas. Terminan su conversación y retomamos dinámica de duchas, cenas, preparar las cosas para el día siguiente y acostarse.

Cuando ya por fin los niños están en la cama y tenemos nuestro ágape listo para hincarle el diente, es el momento de retomar la conversación, pero cuando nos acabamos de sentar oimos a Bruno llorar, el Padredefamilia va a su habitación, se le ha caído el osito al suelo, se lo recoge y vuelve a nuestra cena y conversación a medias.

En este "impasse" me he puesto a consultar los mensajes del grupo de Whatsapp de padres del cole que están comentando sobre cómo tienen que ir vestidos los niños para la fiesta de fin de curso y es que no me había enterado, así que cuando el Padredefamilia vuelve, aprovecha para ver qué se cuece en Facebook. Por fin ambos dos liquidamos todos los hilos de conversación y comunicaciones al margen, pero ya estamos en el final de la jornada y bastante cansados. Terminamos de despachar, seguro que se nos han quedado muchas cosas en el tintero de las que en ese momento ya ni nos acordamos.

Este puede ser un buen ejemplo de varios intentos fallidos de contarnos algo.

Los niños interrumpen y Whatsapp más
Ya Lucía de Baballa escribió un artículo en el que contaba su frenética comunicación vía Whatsapp, por suerte yo aún no he llegado a su nivel. Abrió el debate, pues aún quedan personas que no lo usan ni lo quieren tener. Personalmente yo estoy muy a favor. A mí me ayuda mucho a mantenerme muy en contacto con mis familiares que no los tengo cerca y así saben de los niños, puedo mandar fotos y vídeos, así como recibirlos. Por no decir que me ayuda a no perderme información de cosas que pasan en la clase de Bruno, lo que me viene muy bien porque él, contar, no es que cuente mucho. Además te permite conversar en entornos de silencio como conferencias, reuniones, etc.

Con todo esto tengo un montón de grupos: el grupo de mi familia, la familia del Padredefamilia, los colegas de patines, los de pádel, mis amigas de desayunos, los papás de la clase de Bruno, uno de amigas de Carmen. El Padredefamilia tiene otros tantos, unos en los que coincidimos y otros en los que no (el de los colegas y los de las bicis por ejemplo). Aún así creo que ambos podríamos incluso aumentarlos, ¿qué tal un grupo de madres blogueras por ejemplo? Ah no, que para eso tenemos Twitter que es más universal ;)

Las redes sociales también interrumpen conversaciones
Y es que no sólo es el Whatsapp lo que nos interrumpe, si tienes las redes sociales en el móvil, pues eso también puede cortar constantemente una conversación. Tanto los grupos de Whatsapp como los de Facebook o G+ pueden freírte a mensajes que muchas veces ni te interesaran. Pero si estás en un grupo, es para lo bueno y para lo malo, así que no vale quejarse, aunque te manden mil chistes manidos y repetidos del papelón de la selección española de fútbol en el Mundial, la abdicación del Rey, Letizia, las Infantas y hasta el Príncipe Carlos de Inglaterra por ejemplo.

Aún siendo consciente de todo esto, a mí todo tipo posibilidad de estar más en contacto, me parece beneficioso, el quid de la cuestión está en cómo gestionemos y hagamos uso de esas herramientas que nos "facilitan" la comunicación.

Cómo conseguir terminar una conversación sin interrupciones
En casa estamos aprendiendo a que este tipo de cosas no nos pasen, o al menos eso intentamos y para ello aplicamos una serie de pequeñas pautas.
  1. Lo primero de todo hay que discriminar la conversación importante de la que no lo es, así como la urgencia del mensaje. Puede que tengamos que hablar algo inmediatamente aunque no sea lo más importante del mundo.
  2. Elegir el momento en el que vamos a hablar de algo. Tenemos un tema importante que tratar y quizás el momento de la vorágine de baños, cenas y demás no es el mejor para conversar de nada que no sean vanalidades, ni para intentarlo, así que lo mejor será decir: "tengo que contarte esto, recuérdame que lo hablemos luego" y así emplazaremos la charla para cuando ambos dos estemos con los cinco sentidos en la conversación.
  3. Enseñar a nuestros hijos a no interrumpirnos y viceversa, a no ser que sea estrictamente necesario. Con el pequeño aún no podemos trabajar este aspecto, pero Carmen lo ha asimilado perfectamente. La mejor forma de inculcar algo así es respetándola a ella también en las mismas ocasiones. Es decir, que no la interrumpimos cuando ella está hablando o contando algo, nos respetamos los turnos.

    Del mismo modo le exigimos que lo haga con nosotros y con su hermano también, pues esto no es una cuestión de edad, no se trata de que el mayor tiene más derecho de hablar y es al que no hay que interrumpir. De hecho odio la frase esa de: "Estamos hablando los mayores". Se trata de respetar los turnos de palabra de todos.
  4. Disuadir para que no nos interrumpan. Para reforzar el hecho de que queremos que respeten nuestro momento de conversación, podemos poner un cartel informativo en la puerta que rece la frase: "Por favor, NO interrumpir. Padres intentando conversar". Aquí lo tienes para descargártelo y ponerlo en tu puerta o regalárselo a alguien que creáis que lo pueda necesitar.
  5. Liberarnos de la disponibilidad permanente. Nos hemos acostumbrado a que si suena el teléfono fijo en casa o bien nuestro móvil, siempre hay que contestar. Pues confieso, que yo ya no hago eso y que muchas veces lo veo sonar y no contesto.

    Además he visto quien llamaba, pero si estoy liada no me viene bien hablar con nadie. Así que dejo que el teléfono suene, sigo con lo que tenga entre manos y ya devolveré la llamada en otro momento que me venga mejor y asumiendo que para entonces puede ser que esa persona no pueda hablar, pero ya encontraremos el momento bueno para coincidir.

    Como siempre lo mejor es el punto medio, pues hay personas que no se sabe muy bien para qué tienen teléfono móvil si luego nunca contestan, pero cada cual es libre de hacer lo que quiera.
  6. Silenciar los grupos de Whatsapp. Lo confieso, ya muchas veces silencio estos grupos, y el padre de familia ni os cuento. Y es que hay que reconocer que el pitidito constante de los mensajes y notificaciones puede llegar a desquiciar. Si es algo importante ya me llamarán o me localizarán. Una batería de chistes o gracietas, la puedo consultar y responder en cualquier otro momento, como cuando bajo en el ascensor por ejemplo. Reconozco que a veces, cuando estoy en una reunión con el móvil en silencio y lo oigo vibrar por un mensaje de Whatsapp, caigo en la tentación de mirar el mensaje pero lo hago de forma breve y fugaz para saber qué es y ya contestaré en otro momento.
Aplicar estas pequeñas pautas para conseguir que en la pareja podamos tener la comunicación que deseamos, además es un muy buen entrenamiento para poder tener conversaciones coherentes también cuando estamos fuera de casa y con otras personas. Y vosotros ¿Conseguís tener conversaciones sin interrupciones? ¿Cómo lo hacéis?

Cómo no jugar con la ilusión de los niños

lunes, 7 de julio de 2014

He aprendido a no adelantar planazos o premios a mis hijos si no tengo la seguridad al 99,9% de que va a cumplirse.

También intento no dar falsas expectativas con la callada por respuesta a la típica pregunta de: «¿Luego vamos al parque? Marta va al parque», pues como se suele decir, el que calla otorga. Si, por miedo a decir que no por la presión social, no damos la negativa o advertimos de que es poco factible, lo más probable es que nuestros hijos lo entiendan como una respuesta afirmativa y se creen ilusiones. Así que cuando inevitablemente les tenemos que decir que no, montan el pollo universal. Normal, no sólo por no haberle dicho un no a tiempo que pudiera ir asimilando, sino porque encima, sin quererlo, le hemos hecho creer que sí.

El miedo a decir que no
A veces caemos en el error de callar para no decir que no y hacemos creer que sí. Porque no nos gusta decir que no y "fastidiarles", y adoptamos una comunicación poco clara. Pero es que si no se puede, no se puede.

Yo me rijo por hablar con claridad y pienso qué tipo de respuesta me gustaría que me dieran a mí si estuviera en su lugar y creo que sería que me hablaran claro clarinete. Pero el que no me digan que no, haciéndome creer que sí para al final ser que no, pues la sensación que me crea que me están tomando el pelo o, como dice mi amiga Blanqui, potreando, y eso cabrea -y mucho- y a nuestros hijos también. A los adultos nos gusta que nos hablen claro y a los niños también.

Dónde dije digo, digo Diego
Si bien es muy tentador prometer que en vacaciones vamos a ir todos los días al parque y experimentar la gratitud plena de nuestros vástagos y euforia ante una promesa que ellos viven como una realidad, esa euforia se puede convertir rápidamente en un gran reproche si te atreves a truncar sus expectativas.

Perderás toda la popularidad de la que pudieras gozar, teniendo en cuenta que eres su progenitor, y pasarás a ser el número uno de su lista de “los más odiados" y #Nosin razón, además de perder toda la credibilidad para futuras ocasiones, pues de alguna manera les estamos fallando.

Eso por no hablar de la cantidad de veces que los hijos preguntan en el momento menos oportuno o con una insistencia abrumadora y sólo por no oírles, se les dice que sí y luego... Pues eso, Dónde dije digo, digo Diego. Yo, en esas ocasiones, si no quiero dar una negativa inmediata y escueta, digo: luego lo hablamos y te explico. Eso ya mi hija lo va entendiendo como una negativa o una pseudo negativa porque cuando mi respuesta es de ese tipo es que tiene matices. Puede que lo que pida no sea factible cuando lo pide o como lo pide, pero sí mañana o lo que corresponda a la ocasión y por eso necesitamos hablarlo.

En general, yo intento cumplir todas mis promesas siempre y cuando no haya una causa de fuerza mayor que lo impida. Así que aunque me de una pereza enorme ir a comprar un helado porque lo que de verdad me apetece es irnos ya a casa, si lo he prometido, lo tengo que cumplir. Y si no quería ir, lo tenía que haber pensado antes de decirlo.

Cómo hacer para no tragarte tus propias palabras
Muchas veces, cuando no se está segura de ofrecer cierta prebenda, lo mejor es consensuar, así que en clave intento preguntar al Padredefamilia si le parece buena idea. Así no corro el riesgo de proponer algo que no se lleve a cabo porque haya alguna otra razón que yo desconozca que lo impida y entre dos siempre es más fácil tomar las decisiones.

En cualquier caso, si adelanto hacer algo que no estoy segura de que se vaya a cumplir, por la razón que sea, lo planteo como una probabilidad o posibilidad, no como algo seguro que va a ocurrir. Así mis hijos, sobre todo mi hija Carmen pues mi hijo Bruno aún es muy pequeño para razonar estas cosas, pueden disfrutar la idea de la probabilidad de que algo que les gusta y les hace ilusión se vaya a cumplir, tal y como nos ocurre a los mayores con las cosas que deseamos. Sin embargo, también me aseguro que puedan asimilar mejor la frustración de que no se cumpla, pues ya lo habremos hablado antes y aunque igualmente les fastidiará, no se generará una emoción de profundo reproche por promesas incumplidas y podrán aceptar mejor esas realidad.

De todos modos, hay que respetar su sentimiento totalmente legítimo de desilusión, una emoción ajustada al hecho y la realidad de que algo que deseamos no se cumple. Les podemos mostrar cómo sentimos que eso que desean no se cumpla, pero que no podemos hacer nada al respecto, salvo buscar ideas alternativas para que se sientan mejor al respecto (ojo, no sobornar). Así, además de empatizar con ellos, fomentamos el pensamiento lateral de búsqueda de alternativas. Cuando estemos en situaciones parecidas ellos también podrán entender que determinadas cosas nos frustren.

Una comunicación clara tiene muchas ventajas
  • No creamos falsas expectativas.
  • Evitamos conflictos innecesarios.
  • Ganamos en confianza y credibilidad para futuras ocasiones más importantes, pues sabrán que si no cumples algo de verdad será por no poder, no por no querer.
  • Generamos una relación empática y comprensiva por ambas partes.
  • Les damos ejemplo y enseñamos a ser personas "de palabra" sin comprometerse a la ligera con cosas que no saben si podrán cumplir.
Y vosotros ¿Cumplís la mayoría de vuestras promesas con vuestros hijos? ¿Cómo hacéis para que no se creen falsas expectativas? ¿Lo entienden y lo aceptan?

Cómo buscar y elegir el mejor colegio para tu hijo

lunes, 31 de marzo de 2014


Cómo buscar el mejor colegio para tu hijo es el gran quebradero de cabeza cuando los niños tienen entre dos y tres años. Se agolpan las dudas de estar eligiendo lo mejor y una vez tomada la decisión cruzar los dedos para que entre en el colegio deseado
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8 criterios a tener en cuenta para buscar colegio

martes, 25 de marzo de 2014


En la ardua tarea de cómo buscar el mejor colegio para tu hijo, conviene tener en cuenta distintos aspectos a valorar. La lista puede aumentar o incluso disminuir, según las necesidades, criterios y circunstancias de cada familia, pero en este artículo nos centramos en ocho variables.

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Miércoles Mudo: Trabajo colaborativo y creativo de niños

miércoles, 5 de marzo de 2014

Trabajo colaborativo y creativo de niños
Trabajo colaborativo y creativo de niños

Miércoles Mudo” es un carnaval de blogs o blog hop iniciado por Maybelline de Naturalmente Mamá y participar es muy fácil, solo debes publicar los miércoles una foto(s) sin escribir nada para explicarla(s) (de ahí viene lo mudo). Luego no olvides enlazar en el linky que está debajo y dejar un comentario en cada uno de los blogs que decidas visitar. Para conocer cómo nació el Miércoles mudo y sus reglas, puedes hacer click aquí.

Por qué es útil una agenda escolar y cómo usarla

jueves, 6 de febrero de 2014

Por el conocimiento que tengo de los colegios de nuestro barrio, al menos en los colegios públicos, a partir de ciertos cursos de primaria facilitan una agenda escolar a cada alumno. Este recurso es muy útil para la comunicación entre padres y profesores, pero también es una buenísima herramienta para que los niños empiecen a organizarse. Es una forma de responsabilizarles de sus tareas y quehaceres diarios.

Agenda escolar
Agenda escolar

Así que si en el caso de tus hijos el colegio no le proporciona una agenda, tener vuestra propia agenda o al menos una libreta que poder usar para este fin, puede ser un recurso muy útil. Si por el contrario tu hijo ya tiene agenda escolar, mi recomendación es alentarle a que la use lo máximo posible y sacarle todo el partido. Si empiezan a usar la agenda desde pequeños como un juego, pues para ellos es divertido, será una manera de aprender a organizarse desde una edad temprana. Esta rutina puede ser muy útil en su edad adulta.

Yo siempre use la clásica agenda escolar incluso en mi época universitaria y me era de gran ayuda. Años después y llegado el punto de la modernidad, utilizo mi propio smartphone y algunas aplicaciones específicas para ello y además me resulta aún más cómodo. Sin embargo, he de decir que lo fundamental no es el soporte que se utilice sino que se adquiera el hábito de organización y eso es algo siempre más fácil de adquirir desde pequeños, aunque no imposible de adultos siempre y cuando uno se lo proponga firmemente.

Razones para usar una agenda escolar
  1. Es una vía de comunicación entre las familias y profesores. Los padres pueden utilizarla para solicitar tutorías, enviar justificantes o avisos de falta de asistencia de sus hijos por ejemplo.
  2. Los niños la pueden llevar a todos sitios. La llevan y traen del colegio, de tal forma que allí la usan para anotar las cosas y en casa de consulta.
  3. La agenda nunca se olvida de nada pues está todo apuntado.
  4. Todo está en el mismo sitio. Lo que necesitan saber y cosas importantes que recordar las pueden aglutinar en la agenda.
  5. Les ayuda a planificarse tanto metas de tareas como su agenda de planes y ocupaciones. Aprenden a gestionar su tiempo contando con las cosas que tienen que hacer y lo que quieren hacer. Así pues, es importante que también reserven tiempo para divertirse y si quieren que lo apunten en la agenda también. Es importante aprender a compaginar el deber y el placer. Algo de lo que también debemos ser ejemplo nosotros mismos.
  6. Libera espacio en la cabeza. No tienen que estar haciendo el esfuerzo de acordarse de algo específico, sino tener la rutina de consultar la agenda para ver si hay algo importante de lo que ocuparse. Tal y como dice Mamá Convergente en su artículo La importancia de las listas y de trabajar de pie, si nos piden memorizar una serie de número (635, 962, 684, 5874, 365) porque nos los van a preguntar luego, seguramente no podamos trabajar bien en ese periodo, porque el cerebro trata de no olvidar esos número. Es decir que una parte del cerebro está ocupada, por lo tanto va a pensar peor. Con los deberes pasa igual, si los niños tienen que recordar las cosas que tienen que hacer, están pensando peor porque tienen parte del cerebro ocupado con una tarea. Por lo tanto hay que dejar el cerebro libre de esa tarea y la mejor forma es tener los deberes apuntados.
Cómo usar la agenda escolar
  1. En el colegio apuntar todo. Todas las tareas que hay que hacer para casa y las todas las cosas que hay que recordar como excursiones o algún material que hay que llevar a clase para algún proyecto por ejemplo. Apuntar con detalle todo como por ejemplo la página y número de los ejercicios que hay que hacer de deberes para casa.
  2. Escribir con lápiz o bolígrafo borrable. Esto les permitirá borrar y cambiar cosas si se han confundido o hay variación en los planes por ejemplo.
  3. En casa, a la hora de hacer las tareas, abrir la agenda para consultar y programar lo que hay que hacer.
  4. Al acabar las tareas, revisar la agenda y preparar todo para el siguiente día y así asegurarse de que se lleva todo lo que se necesita como libros, cuadernos, el neceser, material deportivo como la bolsa de los patines o de la piscina en nuestro caso por poner un ejemplo. Y dejar todo preparado como parte de los 7 trucos para estar listos a tiempo para ir al cole al día siguiente.
Nosotras a la agenda de Carmen le pusimos el típico cordón de plástico que se utiliza para hacer pulseras como separador para que sea más fácil y rápido abrir en la semana escolar en curso.

Qué hacer cuando la agenda escolar falla
A pesar de todo, los niños, al igual que nosotros los adultos, como es natural, caen en los mismos errores. A veces nos pasa que circunstancias concretas o nuestro estado de ánimo pueden influir para que, a pesar de toda nuestra organización, también seamos desordenados, impuntuales e ineficaces. Pero no hay que esperar que nadie lo haga todo bien y es bueno que nuestros hijos también aprendan esa máxima de que no se puede ser siempre perfecto y que es razonable permitirnos nuestro margen de error.

En el caso de nuestros hijos, al igual que nosotros, sufrirán las consecuencias de sus errores, aunque siempre podemos tener un truco y un as en la manga para echarles algún cable de vez en cuando. Así por ejemplo cuando mi hija se ha olvidado de apuntar los deberes o de traer el libro del examen a casa, las nuevas tecnologías nos han sido de gran utilidad.

WahtsApp, un recurso para saber qué estudiar
WahtsApp, un recurso para saber qué estudiar
Con el sistema de mensajería de WhatsApp he podido comunicarme con otras madres que, o bien nos han dicho los ejercicios que había que hacer y que Carmen se había olvidado de apuntar, o que incluso en una ocasión, muy amablemente y pacientemente, nos pasaron fotos de las páginas del libro de texto para poder repasar el examen del día siguiente.

Es bueno tener la capacidad de generar recursos para las ocasiones de despistes, otra muy buena enseñanza para nuestros hijos, pues las cosas no siempre salen como deben o como nos gustaría y hay que ser resilientes ante la dificultad. Además, estar conectado vía WhatsApp o cualquier otra aplicación de mensajería con otros padres puede sernos de gran utilidad en múltiples ocasiones.

¿Y a vosotros cómo os gusta organizaros? ¿Usáis agenda para vuestras tareas? ¿Vuestros hijos usan agenda en sus colegios? ¿Qué hacéis cuando se les olvida algo para solucionarlo?